Empezó el verano anterior y ya cuenta con más visitas que otros clásicos. La visita teatralizada al castillo de San Felipe se está convirtiendo en poco tiempo en el favorito de vecinos y turistas, que acuden a la fortificación del siglo XVIII para conocerla tal y como era cuando estaba morada, y es que son sus propios habitantes, ahora fantasmas, los que explican su vida allí.
Ayer, a pesar de que la tarde resultó soleada, más de 100 personas decidieron cambiar el plan de playa y acudir a la visita guiada, superando incluso el aforo límite. A pesar de que la ruta da comienzo a las 18.30, se recomienda acudir un cuarto de hora antes pero, a sabiendas que suele ir mucha gente, a las 18.00 horas ya había cola.
Lo primero que explicó la guía, Isabel Díaz-Robles, es que el castillo no es medieval y no vivía en él un señor con sus vasallos, sino que se creó con el objetivo de defender la ciudad y que siempre estuvo habitado por soldados. En ese momento aparecieron los inquilinos, ataviados con sus mejores galas y, en compañía de la guía, fueron explicando desde la arquitectura del castillo hasta el porqué de sus vestimentas o cómo funcionan sus armas.
Lo más aplaudido, sin duda, la demostración de lucha con sable y los disparos de fusil y un pequeño cañón, cuyo ruido impresionó a más de uno.
La única pega que presentaron algunos asistentes fue la falta de micrófono de los soldados, lo que dificultaba escuchar su narración. El resto, un éxito. El viaje al pasado dejó a todo el mundo satisfecho, sobre todo a los más pequeños, que no dudaron en coger el sable o el fusil, ponerse el sombrero y posar para la foto en compañía de los soldados que, como bromeó la guía, aunque son fantasmas, en las fotos sí que se ven.
los «fantasmas» enseñan su castillo
Texto tomado de la Voz de Galicia.